Vivir buscando el Norte, esa es mi lucha personal. El norte como horizonte, el norte como infinito, como respiro, como suspiro. El norte como sueño...
viernes, abril 03, 2009
NOSTALGIA.
Entran y salen. Nunca cierro las puertas aunque a veces no sea nada bueno dejarlas abiertas. Entonces llega ella y se instala, además lo hace sin permiso. La nostalgia no me parece buena compañera. Trae recuerdos pasados, sensaciones que pretendia olvidar y no suelen ser agradables, abre las puertas bruscamente, me arrolla a su paso, me envuelve un torbellino de emociones que creia desaparecidas, y todo por su culpa. Vuelvo la vista atrás, grave error, me debilita. Veo la que fui,la que soy, lo que queda de todo el conjunto,y me cuesta encontrar puntos en común. Aparecen rostros que no suelen pasearse por mi cabeza desde hace mucho. Personas que sonríen conmigo en una foto, me tocan, dejan su abrazo inmortalizado y se van como vinieron, algún sentido tendría su paso. Fueron veloces y su recuerdo es efímero. Otras no entraron en mi alma cuando las conocí y años después se hicieron indispensables en mi vida, será que cada cosa tiene su tiempo, será que hay momentos en los que alguien no está a la altura de las circunstancias y se debe esperar para dar ese paso. Personas que entran y se quedan, otras se instalan un tiempo y desaparecen para siempre, otras pasan de refilón y años después vuelven, se acomodan y no se vuelven a marchar. Personas que dejan huella. Personas que se borran de la memoria. Personas que no dejas de querer aunque no estén, aunque no las oigas ni las veas. Y están aquellas que siempre han estado, siguen ahí pase lo que pase.
Nostalgia, porque algunas se fueron sin que yo quisiera sacarlas de mi vida. Llovió, pasó el tiempo y puso las piezas en su sitio para que pudiera comprender porqué.
Algunas me fallaron y otras jamás lo harán.
Es muy curioso que conforme avanzo por la vida se abren puertas, permanecen así sin intención de dar portazo, será que somos más estables con el paso del tiempo, será que no queremos cometer errores que ya conocemos, será que aprendemos a cuidar lo que queremos, no se lo que será este baile de almas afines,estos pasajeros de mi propio tren que suben o bajan en las paradas, ni sé lo que quiere la nostalgia que aprenda del recuerdo, de la página del libro que ya he pasado. El caso es que si, hay personas que dejan ciertas reminiscencias, personas que conocías a fondo y ahora desconoces, personas que buscas encontrar de nuevo, personas que necesitas tener cerca, otras que laten en el corazón y sientes vivas aunque se hayan marchado para siempre. La nostalgia me las trae de vuelta, a todas, a las que quiero y a las que me hicieron daño con su ausencia. Hay recuerdos que duelen,son imprecisos, y aunque sean hermosos, mejor dejarlos pasar. Cierro la puerta a la nostalgia, pero sólo por ahora, no me gustan nada las puertas cerradas. No me gusta la morriña de otro tiempo que siento hoy.
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4 comentarios:
Desconocidos.
Aquella tarde de un tiempo ya pasado, de la que ya no queda constancia ni en los calendarios, me decidí a subir en un tren sin destino buscando el vagón de lo desconocido. La vista se perdía en las curvas del placer, evitando la coincidencia de ambas miradas, así permanecimos segundos, minutos y no digo horas ya que el tiempo se detuvo. Recorridos mutuos por la geografía de unos cuerpos activos, nada débiles, hambrientos y con sed. Evitando las miradas por temor a perder, evitando las miradas por miedo a conocer, cuando uno cerraba los ojos el otro se recreaba en su rostro, en sus facciones, en su entrega y cuando éste desplegaba los párpados el otro los plegaba, repitiendo siempre la misma rutina en una serie de actos descontrolados, pura no coincidencia. Todo ello por miedo a conocer, todo ello por temor a perder. Entregándolo todo y no reservándose nada y sin embargo, no coincidir en sus miradas. En este movimiento constante de mareas y de tormentas desenfrenadas me decidí a abrir los ojos para así poder disfrutar con su mirada, sabiendo que podía perder, creyendo que toda se acabaría y aún así corrí el riesgo ya que la ocasión merecía la entrega. Y allí la tenía, la mirada más dulce por mi conocida.
Espero que te sirva de algo.
La entrega siempre merece la pena, siempre.
Los Santos Inocentes.
¡Qué pasada!, que bien lo has explicado y que directo me ha llegado. Como el revivir de algún momento parecido. En un tren, que los trenes tienen mucho de místicos. Muchas gracias por compartir ese momento colgado del tiempo y del recuerdo.
Siento no haber contestado antes, estaba fuera. Mañana espero contaros cosas nuevas. Un abrazo Santos.
La nostalgia puede ser triste si sentimos añoranza de algo ó de alguien pero tambien si nos traen buenos recuerdos puede ser muy placentera pensar y recordar, es según el caso....pero todo es necesario y desde luego siempre verlo en positivo
Dori, es que hay días raros que parece que se entre más fácil la morriña¿verdad?. besotes.
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